Todos los matrimonios se convierten en algo que los esposos no querían. En algún punto necesitarás algo más sólido que el romance; algo más profundo que los intereses comunes y que la atracción mutua. Necesitarás expectativas diferentes y compromisos radicales, y lo que es más importante, necesitarás de la gracia de Dios.
La dura realidad del matrimonio es que no todo es tan bonito como nos gustaría. Muchas veces le echamos la culpa a nuestra pareja o a nuestras circunstancias. Muy pocas veces tomamos en serio la naturaleza de nuestro propio pecado. ¿Qué Estabas Esperando? te retará a verte en el espejo de la Palabra de Dios y verte a ti mismo con claridad. Quizás eres tú. Quizás te amas más de lo que amas a tu pareja. Quizás amas tu pequeño reino en lugar del gran Reino de Dios. Cuando llegas a alcanzar ese nivel de honestidad, estás al borde de entrar a tiempos verdaderamente buenos en tu matrimonio. Comienza a trabajar en un matrimonio de unidad, comprensión y amor.